martes, 18 de agosto de 2009

Políticamente incorrecto

Decía mi abuela, en paz descanse, que “quien se pica ajos come”. Uno de tantos dichos que parece difícil mejorar para expresar lo que pretende y que, una vez más, me trae una reflexión a la cabeza.

Hay personas, a las que nos cuesta ser prudentes en determinadas ocasiones y a pesar de que no creo que sea algo “del todo” bueno, las cosas no nos van del todo mal, quizás porque tampoco sea algo “del todo” malo :) Supongo que la gente está demasiado acostumbrada a que les bailen el agua pero, sinceramente, yo también prefiero tener a alguien delante capaz de ser honest@ conmigo porque me puedo estar equivocando y valoro más a la persona que tiene narices de decirme lo que piensa.

Hay que ser pícaros, se puede decir lo que se piensa adaptándose al interlocutor que tenemos delante, con asertividad, y no dejarle hundido en la miseria. Tampoco es cuestión de ir con la bandera de la sinceridad en la mano y sin importarnos si es o no como ese jarro de agua fría que somos todos capaces de volcar encima de la cabeza de algun@s. Quien más quien menos tiene su corazoncito y hay cosas que duelen por muy críticos que podamos ser con nosotros mismos.

En fin, que, como en todo, existe el término medio y en este caso ese término se refiere a ser consciente de las creencias y circunstancias de los demás.

- ¿Dónde está tu hermana? (pregunta un vecino desde el balcón a mi prima pequeña)
- Cagando (responde la peque con toda la naturalidad del mundo)

¿Por qué duele tanto que otro te diga lo que opina? ¿Por qué se aceptan tan bien los halagos?

Creo de corazón que si se hace autocrítica no se necesitan halagos y las verdades no ofenden… y hasta pueden hacer reír. Y, aunque irónicamente parezca mentira :) la autocrítica suele ser más fácil de llevar a cabo que las risas... aunque en los niños suceda justo al revés!!! :D

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