domingo, 31 de agosto de 2008

Alma de pueblo

Resulta curioso que en una ciudad de más de millón y medio de habitantes se sigan dando situaciones más propias de un pueblo de menos de 5.000 del sur de España, por poner un jemplo, de donde, además, guardo recuerdos de infancia con todos los vecinos apoltronados en sus sillas de mimbre en la puerta “disfrutando de la fresca”, la brisa o la del pueblo, entiéndase como se quiera.

No nos engañemos, queda muy bien decir de Barcelona que es una ciudad cosmopolita (yo en efecto creo que lo es) y moderna con una mentalidad de apertura y en la que cualquiera se puede sentir como “en casa”. Pero ¿quien hace que eso sea así? Siceramente hasta hace poquito pensaba que no somos precisamente nosotros. Nos cruzamos en el ascensor con los vecinos y a penas si agachamos la cabeza con un incómodo “buenos días” o “¿a qué piso va?” Y ya no digamos donde quedó aquello de pedirle una pizca de sal a la del 4º o pedirle prestada la minipimer... que aberración!!!!

Por suerte, hay rincones de esta ciudad que te devuelven la confianza más propia de ese pueblo de 5.000 habitantes donde todos se conocen y las familias son más grandes de lo que por consanguinidad correspondería.

Recuerdo cuando la vecina del bajos 3ª, recién llegada, pasó a presentarse y a preguntarme si me molestaba el sonido de la lavadora o la música que le gustaba poner los sábados por la mañana. Niguna de las 2 sabía en aquel momento que con esa conversación estábamos iniciando lo que hemos acabado bautizando como “el Melrose Place” del vecindario.
Desde entonces, además de compartir el rellano y haberlo transformado en un pequeño jardín de ciudad, en el que ya no sólo tenemos taburetes para sentarnos a fumar si no que es punto de encuentro casi diario, también es testigo de una relación de amistad poco habitual y que te devuelve la conciencia cívica, el buen rollo y las risas que tanto se echan en falta entre muros de hormigón.

Lo último, la mini boda que les preparamos a los del bajos 1ª. Quizás sean los únicos de la ciudad que pueden decir que tuvieron una segunda boda, más de 2 meses después de la genuina... o mejor dicho de la oficial porque por genuina, entendida como auténtica, la del rellano creo que se superó. No faltaron las velas, ni la copas de cava, la marcha nupcial, el arroz, el menú, la barra libre ni, por supuesto, los novios sobre el “pastel” nupcial.
Obviamente uno de los mejores y muchos recuerdos que me llevaré conmigo de este bloque de pisos con alma en la calle Ballester.

Va por ustedes!!!!

PS. ¿Quién tiene mi batidora? :)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que suerte tienes de esos vecinos. como tu dices no es fácil.

Hoy todos vamos a nuestro aire y casi no paramos atención a nadie ni a nada, a nuestra bola.

Antes era diferente, también tenía sus cosas malas pero ese ambientillo con los vecinos y esa confianza ni de lejos me la encuentro yo en mi bloque.

Disfrútalo!

Laura

Anónimo dijo...

Y... ¡Que dure el rincón, los buenos momentos y el saber hacer de las pequeñas cosas grandes ilusiones!

Anónimo dijo...

Q razon tienes... no hace tantos años era asi, x lo menos en mi barrio, eras amigo d los vecinos, conocias bien a la d la drogueria, al dl super, al del colmado, al zapatero.... ahora ups!! quien vive al lado??? Lo unico q hablo con los vecinos(quitando el hola q tal??, educacion ante todo) es en las esperadas reuniones anuales jeje...
Disfruta d tu paraíso vecinal.
Un abrazo!
Rak.

Chema dijo...

Alma de pueblo... en Barcelona lo encontraras, pero no va por barrios ni bloques, es algo que esta dentro de la gente, en mi barrio por suerte lo tienes mucha gente... sera porque hay mucha gente que viene de pueblo?

Hay gente que le pregunta a mi hermana que si me ha pasado algo porque no me ven por el barrio desde hace 2 semanas. Llego de vacaciones y a las 3 horas estoy de charla con 3 o 4 "conocidos" del barrio contandonos las vacaciones.

Si yo fuera de otra manera no podria contarlo, porque no conoceria a la gente de mi barrio.

Tendran algo que ver mis antepasados andaluces...

Suerte!!!

Towanda dijo...

Buenas,

@Laura, no creas que no me sorprende... Voy a disfrutarlo como dices porque es un detalle más en mi lista de "pequeñas cosas" de las que disfrutar.

@anónimo, eso mismo digo yo. Ese pequeño gran rincón la que ha liado, eh? :)

@Rak, gracias. Uff, eso de las reuniones anuales, es verdad... no tiene nada que ver, es casi el otro extremo, verdad?

@Hola Chema, como siempre haciéndome pensar. Pues sí, estoy de acuerdo contigo. Si no fuera por la manera de ser de algun@s seguramente nunca habría escrito ese post. Veo que tú también eres afortunado.
Por cierto, curiosamente yo también tengo antepasados andaluces!!! :)

Anónimo dijo...

La desconfianza en el otro, es lo que hace desaparecer el "alma de pueblo". Vivimos en nuestros pequeños cubículos, mirando por la mirilla a ver quien sale del ascensor. Y cuando llamamos al ascensor, cruzamos los dedos para no encontrarnos con alguno, y no tener que echar mano de las consabidas frases de manual. Sin embargo...

Towanda dijo...

@cestero: Sin embargo aún queda gente que confía y que se lanza y que contribuye a que poco a poco haya más excepciones. :)

Yo ya no cruzo los dedos para no topar con nadie al salir de casa... los cruzo para que mis vecinos no se vayan antes que yo!!! :)