A veces toca hacer oídos sordos a nuestro diálogo interno. Es difícil dejar de escuchar esa voz que nos habla, que surge de nuestro inconsciente y que a veces nos juega el papel de ángel y otras el de demonio.
Yo relaciono ese primero con la empatía, la asertividad y el saber hacer, con una buena comunicación intrapersonal y, en cambio, al segundo lo veo más relacionado con la rabia, la ira, las heridas abiertas.
Hace tiempo que trato de acallar a mi demonio pero no lo oculto tras el ángel sencillamente intento apagar las llamas y limar el tridente para que no me hiera accidentalmente. Aunque, no voy a engañar a nadie y mucho menos a mí, eso cuesta mucho y hay que trabajarlo casi a diario por lo que a veces genera un desgaste que llega, incluso, a un plano físico.
En estos momentos me siento agotada por el esfuerzo hecho así que necesito paz interior y eso pasa por tener reservas de agua que acumulo en épocas de lluvia y que enfrían mis demonios e incluso ponerme esparadrapo en la boca y algodones en los oídos que, a veces, más que pitar, chirrían.
Cada uno elige… yo elijo ¿Quién?, ¿Cómo? y ¿Cuándo? Y una vez hecho espero ver si quien recibe coincide conmigo en esos Cómo y cuando. Si no es así pues a otra cosa mariposa. Cuando coincide sobran las palabras así que os animo a tomar consciencia de cuantas cosas esperamos de los demás, de nosotros mismos y del entorno y mantener los ojos y los oídos abiertos para entender que las decisiones importantes pueden ser cosa de 2.
Alguien me enseñó que el silencio puede ser una buena forma de comunicar (cada uno que juzgue si realmente lo es positiva o negativamente porque, sin duda ¡eso sí!, es comunicación) así que aquí va mi silencio una vez más para quien quiera/pueda entenderlo….
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PS. Schhhhhhhhhhhhhh…. Silencio!!!!!
Mengulas Sepeninggalan John Lennon
Hace 7 años