A veces aunque el equilibrio entre tu razón y tus emociones sea difícil de lograr vale la pena pararse un momento y plantarse firme… dejar bien asentados los pies en el suelo.
Es curioso pero el corazón se conforma con cualquier “autoengaño” por pequeño que sea e identificado que esté. Por eso creo que, personas como yo, que soy bastante emocional, necesitamos tomar decisiones al margen del camino que sigan nuestros latidos. Y después de ello ser consecuentes.
Obviamente, creer en el destino como yo lo hago ayuda, porque sabes que el “cosmos”, el “Chi”… o la “nave nodriza” que dirían otros (yo es que no soy nada religiosa! :)) pues te plantarán delante la situación cuando llegue el momento oportuno así que ¿Por qué preocuparse?
Ayer me escribía, una persona que acabo de conocer, un mensaje al móvil que decía: “lo mejor está siempre por llegar” y yo misma me digo ahora… Pues quizás sí! Y me alegro por ello… o quizás no pero eso que me he llevado!!! y sigo sonriendo. Al fin y al cabo todo es una cuestión de actitud y yo ya os he hablado de mi actitud ante a vida así que… a bebérsela a sorbitos!!!!
Mengulas Sepeninggalan John Lennon
Hace 7 años